Duración.- 2 horas y 25 minutos.
Desnivel acumulado.- 188 metros.
Cómo se crearon las Bardenas Reales.
Durante el periodo terciario el choque de las placas Europea e Ibérica produjo un plegamiento que generó los Pirineos, La Sierra de las Catalánides y la Cordillera Ibérica. La elevación de estas tres cordilleras montañosas creó un inmensa cuenca cerrada, sin salida al mar, situada en lo que hoy conocemos como Valle del Ebro. A esa depresión, llegaban los cursos de agua procedentes de las abruptas montañas, en la que, debido a su carácter cerrado, se formaron diversas zonas pantanosas o lagos. Las Bardenas se localizarían en la zona central de su cuenca.
Los ríos arrastraban gran cantidad de materiales, fruto de las fuerte erosión de las montañas. Conforme los ríos perdían pendiente y energía, se fueron depositando los materiales más pesados (cantos y gravas) y a la zona central de lagos y pantanos sólo llegaron los materiales más ligeros (limos, arcillas, arenas). Esta acción continuada durante millones de años hizo posible que se llegaran a acumular espesores de sedimentos cercanos a los 4.000 metros.
Hace 10 millones de años la cuenca se abrió por la costa catalana y de esta manera el agua, que estaba acumulada, encontró una salida hacia el Mediterráneo, surgiendo el río Ebro. En la cuenca, ya desaguada, comenzó el proceso erosivo de los materiales hasta entonces acumulados.
Los depósitos de sedimentos, por un proceso natural de compactación y cementación, se transformaron poco a poco en rocas sedimentarias. Estas no sufren la erosión por igual ya que las rocas blandas (margas, arcillas) se erosionan mucho antes que las duras (areniscas).
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| Amanece en las Bardenas... |
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| ... y el sol tiñe de naranjas el cielo... |
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| ... mientras se despereza detrás de los cabezos. |
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| Aparcamos el coche al lado de este corral... |
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| ... que se encuentra situado en las cercanías del monte Sanchicorrota. |
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| Monte al que ascendemos... |
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| ... hasta llegar a la cueva que corona su cima. |
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| Vistas desde la misma cima... |
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| ... antes de emprender el descenso... |
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| ... de nuevo a la base de la montaña, pero esta vez hemos ido a la otra vertiente. |
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| Siguiendo las huellas de un habitante de estos parajes... |
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| ... seguimos caminando... |
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| ... contemplando el terreno... |
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| ... que hemos dejado atrás... |
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| ... camino de la plana del Rallón. |
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| Detalle. |
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| Panorámica que podemos contemplar... |
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| ... del camino que vamos a recorrer hasta llegar a nuestro destino de hoy. |
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| Detalle de las formas labradas por la erosión en los escarpes del Rallón. |
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| Seguimos caminando por la senda... |
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| ... contemplando las caprichosas formas que tenemos a nuestro alrededor... |
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| ... así como las bonitas vistas que el paisaje nos regala. |
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| Detalle. |
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| En esta fotografía podemos observar como los sedimentos más resistentes se han derrumbado por la ladera permitiendo una erosión más agresiva en las zonas desprotegidas. |
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| Laberinto de formas... |
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| ... y de barrancos en zonas más bajas. |
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| En primer plano vemos la cima del monte Rallón y al fondo vemos la silueta del monte Piskerra. |
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| Detalle de más formas caprichosas... |
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... que se asemejan a enormes estalagmitas adosadas a la montaña.
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| Buitre vigilante en una de las repisas del escarpe. |
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| Cima del monte Rallón. |
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| A la derecha vemos el monte La Ralla. |
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| Aquí, al fondo, apenas vemos una enorme balsa de agua... |
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| ... y aquí el llamado desfiladero de la Ralla. |
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| Después de visitar la cima, seguimos paseando por la senda... |
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| ... que poco a poco... |
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| ... nos hace perder altura... |
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| ... hasta llegar al fondo del desfiladero. |
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| Terreno bardenero. |
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| Esto es lo que vemos a un lado del paseo... |
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| ... esto lo que vemos al otro lado... |
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... y esto si echamos la vista hacia detrás.
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| "Chimenea" rocosa. |
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| Sumidos en uno de los muchos barrancos que hay en la zona... |
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| ... nos detenemos a contemplar las singulares composiciones vegetales que brotan en estos terrenos... |
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| ... así como detectamos la presencia del conocido caracol bardenero. |
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| Detalle... |
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| ... antes de llegar a esta borda... |
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| ... situada en la vertiente opuesta a donde hemos dejado el coche. Una vez situados en esta localización, en breves minutos estaremos en el lugar de partida. |
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