Duración.- 2 horas y 52 minutos.
Desnivel acumulado.- 450 metros.
Cañada de los Salacencos.
Representa el trayecto que desde hace 500 años, tal y como promulgó Juan de Labrit, siguen los pastores del Valle de Salazar hacia mediados del mes de septiembre para conducir sus rebaños a las Bardenas Reales de Navarra en las estaciones en las que los pastizales de la sierra se cubren con un manto de nieve impidiendo que los rebaños pasten y por lo tanto se alimenten debidamente.
En las Bardenas en cambio en invierno siempre hay hierba y se encuentra salpicada por pequeñas balsas donde abunda el agua hasta bien entrada la primavera. Así pues, podemos decir que las llanuras bardeneras son el lugar idóneo para trasladar el ganado.El inicio de las transhumancia se produce los últimos días de septiembre, antes de que las ovejas comiencen a parir a sus corderos. La parte inicial parte desde dos puntos distintos. El primero atraviesa Salazar, pasa por Adoáin y llega a Lumbier, el segundo empieza en el portillo de Areta y llega hasta Lumbier.
Al llegar a Cáseda la cañada de los salacencos se une a la de los roncaleses camino a su destino final representado el 18 de septiembre, día en el que se oficializa la entrada del ganado en tierras bardeneras. Una vez asentado el ganado, los pastores comparten una serie de bordas que se hallan situadas cercanas a las balsas en donde pasaran meses hasta que llegue el momento de hacer el trayecto al revés. Y así lo hacían hasta mediados de noviembre donde, una vez apurados los pastos bardeneros, los rebaños eran trasladados a los pastos aragoneses de Cabañas del Ebro, a traves de la cañada de Tauste, con el fin de alimentarse de los sotos de la vega y de los campos de remolacha.
Para finalizar indicaremos que el motivo de tal migración fue motivado por unas ordenanzas cuyo fin era proteger a los agricultores respecto a los ganaderos. Cabe reseñar que en aquellos tiempos los ganaderos disponían de privilegios respecto a los agricultores por parte de los "señores".
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Salimos desde Borda Royo situada en el kilómetro 9 de la carretera que nos lleva al alto de Tapla... |
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... en una soleada mañana... |
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... de cielo azul. |
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El terreno de ascenso, en sus comienzos, discurre por prados. En esta fotografía vemos nítidamente el camino de ascenso, entre los dos hayedos... |
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... por el que transitaremos en pocos metros. |
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Detalle del hayedo... |
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... detalle de la cordillera Pirenaica... |
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... y detalle de la altura que nos separa de la cima. |
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Mezcla de vida y muerte en un único ejemplar. |
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Cuando llegamos a la carretera, buscamos la forma... |
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... de seguir ascendiendo. La nevada de la última semana ha acumulado bastante precipitación en algunos puntos... |
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... y en otros, sin embargo, el terreno asoma entre el blanco manto de nieve. |
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Una vez llegados a la cresta vemos la cima del monte Abodi Occidental... |
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... y vemos el Moncayo, al fondo, que se nos aparece como un fantasma. |
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La nieve acumulada... |
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... cubre la superficie rocosa... |
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... y provoca fluorescencias con el reflejo de los rayos solares. |
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Ya llegamos... |
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... al vértice geodésico... |
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... que señala la cima del monte Abodi Occidental. |
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... al Anie... |
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Fotos desde la cima. |
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Panorámica desde la cima. |
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De camino de regreso, que lo haremos trazando una circular, echamos un vistazo a las verdes aguas del embalse de Irabia... |
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... en las faldas del monte Mozolo. |
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Detalle. |
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Seguimos caminando en dirección al monte Idorrokia... |
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... desde donde contemplamos el alto de Tapla... |
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... y el serpentear de una carretera vacía cubierta por la nieve. |
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Llegados a este punto, en la misma ladera del monte Idorrokia, nos tiramos ladera abajo... |
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... hasta llegar de nuevo a la carretera... |
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... por donde transitaremos durante unos metros... |
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... para retomar el terreno por el que hemos ascendido. |
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Lana cubriendo alambre de espino. |
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Abodi desde la Borda de Royo. |
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