Duración.- 2 horas y 37 minutos.
Desnivel acumulado.- 165 metros.
Castillo de Marcilla.
El Castillo de Marcilla fue edificado, bajo el reinado de Carlos III el Noble, en 1.424. Su constructor fue Mosén Pierres de Peralta quien recibió, posteriormente, de manos de Juan II y de su mujer el señorío perpetuo de las villas de Andosilla, Peralta, Funes, Cárcar y Marcilla. En esos momentos el castillo pasó a ser núcleo y cabeza del marquesado. En sus orígenes desarrollaba una labor defensiva para, posteriormente, pasar a ser un palacio, de carácter residencial, en donde residían los marqueses de Falces.
Este castillo, hermosa fortaleza señorial de estilo gótico, se encuentra situado en el centro de la villa. El material que se utilizó para su construcción fue fundamentalmente el ladrillo. Se encuentra rodeado por fosos que realzan su primitivo uso como fortaleza. El edificio es una edificación de planta cuadrada que posee cuatro torreones prismáticos con presencia de saeteras. En medio hay otros torreones entre los que destaca la llamada "Torre del Homenaje" situada en la fachada principal. En la parte exterior de las torres existían unas águilas que a raíz de la Batalla de las Navas de Tolosa fueron sustituidas por las cadenas de Sancho el Fuerte.
Como hecho destacable, cuentan las crónicas que este castillo custodió la espada Tizona del Cid desde 1.470 hasta la llegada de la Guerra Civil fecha en la que dicha espada fue trasladada al Museo del Ejército.
Leyenda del Castillo de Marcilla.
Cuenta la leyenda que la marquesa Ana de Velasco, allá por el año 1.516, impidió la demolición del castillo a manos de Hernando de Villar que tenía órdenes directas del cardenal Cisneros de derruir este edificio. Los hechos acaecieron cuando tropas guipuzcoanas, bajo la bandera de Castilla, ordenaron, tras conquistar Navarra, echar abajo la fortaleza.
Sabiendo doña Ana de Velasco estas intenciones, ordenó a sus hombres que se aprovisionaran de armas, de víveres ... que reforzaran todas las entradas al castillo y que, posteriormente, se escondieran para no ser vistos. Al ver llegar a Hernando de Villar la marquesa salió a recibir a su nuevo huésped y, ataviada con sus mejores galas, le invitó a cenar y descansar en el interior del castillo. El militar aceptó esa invitación sin saber el peligro que le aguardaba.
Una vez en el salón del palacio, en el cual destacaba la presencia de suculentos manjares y de sabrosas bebidas, doña Ana preguntó al militar a que se debía su misteriosa visita, Hernando, atendiendo a tan directa pregunta, respondió que traía órdenes del rey de destruir el castillo. Al oír semejante atrocidad, Doña Ana le gritó: "Podéis volver a Castilla, señor. Con el terror, nada podréis conseguir de los navarros!. Éste, incrédulo, respondió que en base a las atenciones recibidas, antes de destruir el castillo, iba a permitir que tanto ella como sus vasallos recogieran sus pertenencias ya que no iban a ser destruidas.
En ese momento hicieron acto de aparición los soldados que doña Ana había ordenado esconderse y redujeron, en un abrir y cerrar de ojos, al coronel y a todos los oficiales castellanos. Los echaron fuera de la fortaleza y cuando estos echaron la mirada atrás vieron las almenas atestadas de soldados que portaban un número incontable de armas para la defensa del castillo. Avergonzado por la humillación recibida, el general y sus huestes regresaron sin prestar batalla.
Sea como fuere el hecho es que el Castillo/Palacio de Marcilla fue una de las pocas fortalezas que no fue derruida tras la conquista por el reino de Castilla.
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| El paseo comienza a altura de una fábrica de piensos, en la carretera que une Marcilla con Villafranca, llamada SAT Obanos. Desde ese punto atravesamos la carretera... |
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| ... para pasar bajo este túnel bajo las vías del tren... |
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| ... que nos va a introducir en un paisaje bardenero... |
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| ... con grandes extensiones de campos dedicados al cultivo. |
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| El comienzo del paseo transita por una ancha pista que cruza, por este puente, la autopista... |
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| ... y que nos lleva... |
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| ... al inicio del sendero que se encuentra junto a esta central eléctrica. |
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| Comienza el sendero... |
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| ... ofreciéndonos esta bonita vista de la localidad de Marcilla... |
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| ... antes de desembocar en este terreno repleto de pino de reforestación... |
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| ... situado junto a esta corta, pero dura, pendiente. |
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| Ascendida la pendiente llegamos a una meseta... |
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| ... por la que caminaremos hasta llegar... |
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| ... a este fantástico paraje... |
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| ... cuya superficie nos muestra unos curiosos surcos tallados por la erosión del agua sobre las margas. |
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| Descendemos hasta el fondo de este espectacular valle... |
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| ... descubriendo restos de rocas, más duras, que antaño constituían la parte más alta de los cabezos. |
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| Las múltiples y variadas formas... |
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| ... así como los restos de diferentes minerales... |
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| ... hacen la delicia... |
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| ... en nuestro caminar... |
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| ... por este laberinto natural... |
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| ... caprichosamente esculpido... |
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| ... por la erosión... |
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| ... con el paso de los años. |
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| Vegetación desértica. |
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| Una vez abandonado el laberinto volvemos a la senda... |
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| ... que se desemboca en esta pista que discurre... |
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| ... junto a unos viñedos situados... |
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| ... a escasos metros del cortado.... |
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| ... que el río Aragón... |
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| ... ha esculpido en el discurrir de sus aguas. |
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| Islote. |
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| Panorámica... |
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| ... sobre los meandros del río. |
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| Abandonamos el mirador... |
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| ... y volvemos... |
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| ... a los viñedos... |
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| ... para coger la senda... |
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| ... de regreso que hace una circular. |
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| Almendruco. |
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| Almendro. |
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| Balsa. |
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| La senda nos deja en una pista que marcha paralela a la autopista... |
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| ... y que discurre junto a la ganadería de reses bravas de Merino Garde. Vaca de capa colorada con becerro. |
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| Novillo colorado, bocidorado y ojinegro |
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| Lote de reses en el interior de la ganadería. |
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| Toro sardo, lucero, bragado. |
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| Novillo colorado, chorreado y listón. |
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| Último vistazo antes de... |
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| ... regresar al punto exacto en donde hemos dejado el coche. |
