Covadonga.

Duración.- 30 minutos.

Desnivel acumulado.- 6 metros.

Visita a Covadonga considerado el lugar donde comienza la reconquista. Según se indica en este lugar Pelayo, primo del rey visigodo, con trescientos hombres y gracias al conocimiento de la orografía consiguió vencer al numeroso ejército musulmán de Alqama desde el enclave de la cueva Doinica. Este lugar hoy en día es venerado y lugar obligatorio de visita a los picos de Europa cuando se visita esta zona.

Batalla de Covadonga.

Cuentan las narraciones de la época que en el año 718 una asamblea de astures nombra a Pelayo como líder, contra el poder musulmán, con el fin de formar una rebelión que propiciara evitar el pago de nuevos tributos que pretendía imponer el gobernador bereber de Gijón, Munuza. Este hecho fue considerado como la primera muestra de insumisión de las tierras del Norte de la península contra el poder musulmán. A partir de entonces se sucederían escaramuzas contra las tropas musulmanas por el valle de Canga de Onís, los Picos de Europa y el monte Auseva.

Cuentan las crónicas que un puñado de trescientos guerreros astures hicieron frente a un inmenso ejército musulmán. Loa astures se hicieron fuertes en las laderas del monte Auseva ya que eran perfectamente conocedores de todos y cada uno de los recovecos que presentaba esa montaña y desde ahí fueron capaces de derrotar a las tropas bereberes bajo la dirección de Don Pelayo. Los cronistas de la época quisieron dar un tinte de favor divino a tal victoria y fruto de aquello nació la leyenda de una victoria milagrosa propiciada por la Virgen.

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Este pequeño paseo de poco más de un kilómetro empieza a la altura del Museo de Covadonga que guarda, en su interior, piezas como la corona de la Virgen y el niño así como un Cristo de marfil de estilo manierista.

Del museo, tras dar un breve paseo por los alrededores, nos acercamos hasta la Basílica de Santa María la Real de Covadonga. Este edificio, cuyas obras finalizaron allá por 1.901, fue construido por Federico Aparici en estilo neorrománico aprovechando  piedra caliza rosa.

Junto a la Basílica encontramos esta escultura del rey Pelayo que fue realizada por Gerardo Zaragoza en 1.965. Detrás de ella podemos observar una Cruz de la Victoria y con su mano el rey señala la cueva de la Santina.  En la base de la escultura figura una leyenda que reza así... "nuestra esperanza está en Cristo más ese pequeño monte será la salvación de España". 

Una vez visitada la Basílica emprendemos el paseo para dirigirnos a la Cueva de la Santina...

... mientras contemplamos la Basílica desde otro punto geográfico.

Leyenda que nos encontramos a nuestra llegada.

Vista de la gruta, en medio de la pared escarpada de la montaña, así como...

... del pequeño pozo que existe bajo las paredes de la montaña que se forma gracias a la pequeña cascada que aparece justo debajo de la cueva.

El origen del descubrimiento de esta cueva tiene dos versiones. La primera de ellas, de origen tradicional, habla de que el don Pelayo iba persiguiendo a un ladrón que se refugió en esta cueva. Al irle a apresar el ermitaño que custodiaba esta gruta intercedió a Don Pelayo para que perdonase al malhechor pues al entrar en ese santo lugar había sido acogido bajo la protección de la Virgen y le auguró que algún día el también tendría que solicitar amparo en la cueva. 

La segunda de ellas, quizás con mayor rigor histórico, reza que Don Pelayo, acompañado por un puñado de cristianos, se refugió en esa cueva, para evitar ser visto por tropas musulmanas y que después de la victoria, en agradecimiento, llevó a ese lugar una imagen de la Virgen.

Detalle ornamental dentro de la cueva.