Duración.- 2 horas y 57 minutos.
Desnivel acumulado.- 364 metros.
Paseo megalítico en la cual podremos disfrutar de diferentes dólmenes apenas separados entre sí los unos de los otros. El paseo discurre por los bosques de Aralar lugares en donde se han forjado numerosas leyendas mitológicas y lugares en donde, si bien los estudiosos en algún momento nos podrán descabalgar de nuestros sueños, ninguno de ellos nos los podrán quitar de nuestras mentes.
Leyenda de la Bruja, el diablo y el dragón de Aralar.
Se dice que el diablo tenia una casa solitaria en Aralar, donde encerraba a sus prisioneros. Entre los que figuraba este héroe anónimo. En cierta ocasión, se despertó de noche con la algarabía de unas fieras que se disputaban la carne de un burro muerto. Intervino el joven y les repartió la presa en porciones adecuadas. Agradecidos, los animales correspondieron a este gesto transmitiéndole cada uno sus propias cualidades. Interviene, entonces, una bruja que desempeña el papel de doméstica del diablo. El prisionero sorprende una conversación de alcoba que se desarrolla en estos términos: La vieja bruja le estaba mirando la cabeza al diablo, y le preguntó: -Señor, ¿cuándo vas a morir? -Yo, nunca -le respondió- Para que yo muera tienen que matar primero al Dragón de Aralar, abrirle el vientre y saldrá corriendo una liebre. Será preciso dar alcance a esa liebre, matarla y abrirle las vísceras. De estas vísceras aldrá volando una paloma. Habrá que cazar la paloma y darle muerte. Lleva un huevo dentro. Moriré cuando me golpeen la frente con ese huevo. ¿Quién hará eso? Nadie. El joven escuchó la confidencia y fue a Aralar. Cada día devoraba el Dragón a una persona, y le tocaba el turno a la muchacha. -¿Qué haces aquí? -Ie preguntó el chico. -Estoy esperando al Dragón. -Quítate -le dijo el mozo- y me pondré yo. Esperó el muchacho y salió de la cueva el dragón. - ¡Dios y león! - dijo el. Y se convirtió en león. Se entabló la lucha y, asustado, el Dragón se retiró a la cueva. Pero tenía hambre y volvió a salir, y el chico lo mató. Le abrió el vientre y salió corriendo la liebre. -¡Dios y galgo! -exclamó el chico. Convertido en galgo, alcanzó a la liebre, le dio muerte y abriendo su interior, Salió volando una paloma. Apresó a la paloma, le dio muerte, abrió sus entrañas y recogió el huevo que había dentro. Dijo finalmente: -¡Dios y hombre! Marchó con el huevo a la casa del diablo que estaba muy enfermo. -¿Que te pasa, mi señor? -le preguntó la vieja bruja. -Han matado al Dragón -le respondió. En ese momento llegó el muchacho. y el diablo exclamó: -iÉse, ése ha matado al dragón! ¡Ese me va a matar a mi! Efectivamente, le golpeó con el huevo en la frente y murió el diablo.
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Salimos de Gurdetxe, en donde hoy estaba el ganado estabulado, para introducirnos... |
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... en un bosque de hayas por las cuales el otoño ya ha pasado y nos muestran la desnudez de sus ramas, camino de... |
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... del dolmen de Erbilerri que se encuentra casi tapado por la hojarasca de los árboles. |
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El día, nuboso, de momento nos impide ver las cimas de las montañas de los alrededores... |
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... en un contraste de sombras y azules. |
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Al cabo de unos metros localizamos el dolmen de Elurmenta II. Este dolmen está fechado en la edad del Bronce que abarca los años 2.000-900 a.c. |
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Una vez contemplado el dolmen, seguimos nuestro camino en dirección a la cima del monte Debata... |
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que está presidida por un nuevo dolmen que responde al nombre de Dolmen de Debata. Al igual que los anteriores también está fechado en la edad de Bronce. |
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Como el paseo se nos hace agradable... |
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... decidimos avanzar... |
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... desafiando a la niebla... |
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... que poco a poco se adueña del bosque... |
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... dejándonos estampas tan bonitas... |
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... como estas que tenemos ante nosotros en las cuales... |
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... el sol lucha por abrirse camino... |
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... entre la bruma. |
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Llegando al monte Artxueta, el cielo se despeja... |
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... mientras alcanzamos el vértice geodésico... |
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... y unos metros más adelante divisamos... |
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... los dos buzones que presiden la cima. |
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Como las vistas son escasas... |
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... emprendemos el descenso... |
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... hacia nuestro punto de origen. |
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El bosque... |
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... nos deleita con innumerables detalles... |
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... que harán mas ameno... |
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... nuestro paseo. |
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