Duración.- 1 hora y 35 minutos.
Desnivel acumulado.- 322 metros.
Tobería de Andoin.
Quienes se acercan a este lugar, sin haberse documentado, atraídos por la curiosidad de descubrir algo nuevo se llevan una monumental sorpresa al contemplar la belleza y la vigorosidad de cinco grandes saltos de agua que hacen que este paseo se les haga difícil de olvidar.
El paseo, que sigue una ruta fluvial, discurre por la vertiente norte de la Sierra de Entzia. Formada por un sinclinal colgado en su base se sitúan algunos importantes manantiales. Uno de ellos es el que nos ocupa. Se le llama así porque tras el nacedero aparecen las Tobas, que son unas rocas muy porosas que se han formado por el impacto del carbonato cálcico, que ha sido diluido en el agua tras un largo recorrido por un lago subterráneo, sobre la vegetación acuática. Posteriormente, con el paso del tiempo, el vegetal muere pero quedan sobre la roca sus negativos que originan la porosidad de la toba. Este tipo de roca ha sido frecuentemente utilizada a lo largo de los años para construcción de las bóvedas de las iglesias de los pueblos alaveses.
Cabe destacar que el agua de este manantial tiene mucho sabor a cal y que conforme subimos y contemplamos los diferentes saltos de agua el espectáculo es diferente en cada uno de ellos conformando uno de los escenarios fluviales más espectaculares de estos lares.
Para finalizar diremos que hay que tomar precaución con los niños, pues hay lugares en los que si queremos observar los saltos de agua hay que asomarse a alturas considerables y el terreno que pisamos suele estar bastante húmedo. Así mismo, en épocas de lluvias, deberemos de considerar que vamos a pasear por terrenos bastante embarrados. Como el caudal del agua es grande no hemos podido coger la senda habitual y hemos cogido un camino de ascenso alternativo para llegar a la parte superior. Si el caudal del agua no es grande deberemos de atravesar el cauce en la parte inferior para coger la senda habitual que asciende por este paraje. Para ello pinchar este enlace.
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Abandonamos el pueblo de Andoin por esta pista cementada... |
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... paralela a la regata... |
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... hasta llegar a una cancela en donde comienza la senda. |
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Unos grandes ejemplares de roble nos dan la bienvenida... |
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... mientras paseamos por una senda que, debido a las recientes lluvias, se ha convertido en un auténtico lodazal. |
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Es precisamente por ésto, por las lluvias, que lo que en otra época es un caudal escaso o nulo en el día de hoy... |
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... evacua gran cantidad de agua. Parece que hemos elegido el día perfecto para realizar este paseo. |
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La gran cantidad de agua que baja de la montaña hace que no podamos cruzar su curso. Así pues debemos de tomar otra ruta alternativa a la habitual para poder llegar al nacedero de estas aguas. |
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La ruta que elegimos, obligados el excesivo caudal, discurre por el margen derecho, en sentido de ascenso, ... |
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... lo cual nos permite admirar un fenómeno único... |
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... en el cual la corriente gana terreno al bosque, salvando todo tipo de obstáculos... |
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... en su descenso a cotas inferiores. |
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Pequeño remanso que se forma al final de la cascada previo... |
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... a otro vertiginoso descenso tierras abajo. |
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Panorámica de una de las cinco cascadas que conforman la Tobería...
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... y de otro nuevo salto de agua. |
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El agua anega todo lo que encuentra a su paso... |
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... creando pequeñas isletas en medio de su cauce. |
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Como podemos contemplar en esta fotografía, cada cascada adquiere una fisionomía diferente... |
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... y algunas salvan un gran desnivel en pocos metros. |
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Detalle. |
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Hay momentos en el ascenso en los cuales nos debemos de desviar, momentáneamente, del curso de las aguas, no debemos de olvidar que desde el principio estamos ascendiendo a pelo de forma intuitiva, introduciéndonos en el bosque...
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... en donde nos encontramos con bonitos ejemplares de haya. |
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Fotografía sacada en la misma repisa desde donde el agua se precipita por la cascada que acabamos de ver en las fotografías anteriores...
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... tras salvar algún pequeño obstáculo vegetal. |
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Nuevamente nos alejamos, subiendo esta vez por un terreno sumamente resbaladizo... |
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... hasta llegar al mismo nacimiento de la Tobería. |
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Detalle del nacedero. Por este lugar brotan las aguas que previamente se han filtrado en el interior de la montaña gracias a la naturaleza kárstica de los terrenos superiores. |
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Fotos... |
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... desde el nacedero... |
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... donde emana el agua que rápidamente se precipita ladera abajo... |
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... hasta llegar al fondo del valle. Desde este punto emanaba un segundo torrente. |
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Una vez visitado el nacedero, ascendemos unos pocos metros... |
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... hasta llegar a una pequeña senda balizada por cairns... |
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... desde la cual divisamos la localidad de Andoin bajo nuestros pies... |
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... y que discurre por...
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... un inmenso hayedo. |
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Detalle. |
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La senda nos llevará directamente hasta la calzada por la que descenderemos perdiendo altura rápidamente... |
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... rodeados siempre por pequeñas corrientes de agua... |
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... que inundan el terreno por el que descendemos. |
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Panorámica de la zona. |
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La humedad reinante en este paraje hace que... |
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... los helechos busquen cualquier hueco para poder asentarse. |
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Sierra de Aizkorri nevada. |
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Para finalizar fotografiamos al pueblo de Andoin con sus montañas. |
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