Duración.- 3 horas y 51 minutos.
Desnivel acumulado.- 803 metros.
El monte Larrun con sus 905 metros es sin duda uno de los montes más visitados de Navarra. A ello contribuye de gran manera el tren cremallera que sale desde la localidad francesa de Sare que sube por la ladera del monte hasta llegar a la parte superior salvando un destacable desnivel. Arriba se encuentran las ya famosas ventas que le dan un aire totalmente turístico. Pero también un factor que sin duda contribuye a las innumerables visitas son las amplias y hermosas vistas que desde arriba podemos contemplar. Tienen un alcance de 360º y en un día claro como el que hoy hemos disfrutado, la panorámica de estas vistas es sencillamente espectacular.
Una vez llegados arriba, destaca un monumento en memoria de Eugenia de Montijo a la que se considera como la pionera de las visitas a este lugar ya que en 1859 movilizó a toda su corte, asentada en Biarritz, para subir a la cumbre, desde donde podría contemplar el territorio español y disfrutar de la naturaleza. Senderista en potencia o romántica empedernida, lo cierto es que la emperatriz andaluza no fue consciente del revuelo que armó con su cortejo de damas encorsetadas subiendo los 905 metros del Larrun.
Nosotros el ascenso lo hemos realizado por otra vertiente, saliendo desde el alto de Lizuniaga. El paseo desde este lugar se nos ha hecho divertido y ameno ya que desde el comienzo hemos tenido elementos de interés que nos han hecho que la subida sea más ¨amable¨. En el discurrir, hemos visto palomeras, enormes robles, grandes ejemplares de acebo, monumentos megalíticos y hasta un monumento natural de Navarra en la figura de un espléndido peral. De todo ello tenemos fotografías que os mostramos en esta entrada.
A modo de anécdota diremos que durante el ascenso no hemos atravesado ningún bosque, cosa extraña en estas latitudes. Ello según reza la leyenda es debido a que en sus entrañas vivía una serpiente de siete colas, llamada lehen sugea. Un día, escupió los metales nobles que se encontraban en el interior de la montaña. El oro y la plata descendieron por las laderas del Larrún, formando ríos ardientes que arrasaron los bosques de la zona. Esa sería la explicación de la ausencia de bosques del Larrun.
Además por su laderas hemos tenido la compañía de rebaños de ovejas y de caballos en estado semi-salvaje de pequeño tamaño y que responden a la raza Pottokak. Esta raza de equinos no es fácil contemplarla en muchos sitios de nuestra geografía.
Para acabar diremos que la subida en algunos tramos es bastante empinada y constante lo que hace que para subirla cada uno debe de saber llevar su propio ritmo para evitar desfallecimientos.
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