Duración.- 4 horas.
Desnivel acumulado.- 910 metros.
Hoy vamos a dirigirnos a uno de los puntos más emblemáticos del País Vasco en cuanto a montañismo se refiere. Su afilado pico de roca caliza se alza majestuoso por encima de extensos pastizales y bosques de robles, hayas, espinos y pinos hace de esta montaña un punto de peregrinación de miles de montañeros al cabo del año. Es una montaña que en apariencia da una sensación de infranqueable, pero que por el contrario el ascenso es relativamente sencillo.
No obstante, si queremos disfrutar de una apacible mañana montañera y evitar "aglomeraciones" no deseadas, recomendamos hacer este paseo entre semana evitando la peregrinación en que se ha convertido esta montaña los fines de semana.
Mari en el monte Txindoki. Hay una bonita leyenda dentro de la mitología vasca la cual narra como una pastora llamada Kattalin llevó a su rebaño a las faldas del monte Txindoki. El día era magnífico y Kattalin lo pasó ensimismada ojeando flores y contemplando el vuelo y el trino de los pájaros en primavera. Al atardecer, reunió su rebaño y se dio cuenta que le faltaba una oveja. Ella había oído multitud de veces que nunca se debía ascender al monte Txindoki cuando la Dama tuviera allí su morada, pero Kattalin, atemorizada por la reacción del dueño de las ovejas al ver que faltaba una, no se lo pensó dos veces y tiró para arriba. Poco a poco sus temores fueron desapareciendo, pues no parecía que allí pasara nada extraordinario, y después de un tiempo de ascensión al final encontró a la oveja desaparecida, detrás de unos arbustos, junto a la entrada de una cueva en la que una hermosa mujer hilaba en un rueca de oro. Kattalin no había visto hasta entonces nada más hermoso. Mari se presentó a la pastora y le pidió que se quedara con ella siete años de su vida. A cambio le prometió ser recompensada. En ese tiempo Kattalin aprendió el lenguaje de los animales, a conocer las propiedades de las plantas, a hilar, a hacer pan, etc... El tiempo pasó y al cabo de los siete años Mari le dijo a Kattalin que se marchaba y que le recompensaría tal y como le había prometido el día que se conocieron. Seguidamente, cogió un trozo de carbón, se lo entregó a la pastora y envuelta en llamas desapareció de su vista. La sorpresa de Kattalin fue mayúscula cuando al salir de la cueva vio como el carbón se convirtió en oro. Al llegar a su pueblo, Amezketa, fue recibida con algarabía por sus habitantes, que la habían dado por muerta hace siete años, y con el oro se compró una casa y un rebaño de ovejas.
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El monte Txindoki nos da la bienvenida con las primeras luces del amanecer... |
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... que resaltan su espectacular figura. |
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Nada más salir del aparcamiento cogemos esta pista... |
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... que poco a poco gana altura sobre los valles... |
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... en los que se han apostado las nieblas. |
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La pista deja paso a una marcada senda... |
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... que corta por abajo al monte Txindoki. |
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Bonita estampa de los valles. |
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Zoom. |
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La senda a cada metro adquiere más pendiente... |
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... y desde ella podemos contemplar el monte Ausa/Gaztelu. |
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Vistas entre el pinar... |
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... justo debajo de la cima del monte Txindoki... |
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... antes de llegar al collado de Egurral al que vemos ahí arriba. |
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Bonita estampa de la mole que nos ocupa hoy. |
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Últimos metros por la senda que vemos muy marcada antes de... |
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... llegar al collado de Egurral. |
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Vistas de la zona antes de... |
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... afrontar la empinada ladera que nos llevará hasta arriba. |
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Vistas hacia las Malloas. |
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Detalle. |
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Últimos metros. |
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Pantano de Ibiur desde la cima. |
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Buzón cimeroI. |
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Buzón cimero II. |
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Mirada hacia el monte Balerdi. |
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Al fondo podermos divisar la silueta del monte Larrun, del monte Mendaur y de las Peñas de Aia. |
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Rasos de Aralar. |
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Monte Ausa/Gaztelu en la parte inferior de la fotografía. |
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Vistas hacia Tolosa. |
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Desde ahí abajo venimos. |
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Al fondo el Cantábrico, la bruma apenas deja distinguir al monte Igueldo en la lejanía. |
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Cruz cimera. |
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Fotos desde la cima. |
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Ahora emprendemos el descenso por otra vertiente... |
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... que destaca por el verdor de las laderas de las montañas. |
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Fuente en el camino. |
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Paredón rocoso... |
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... por el que pasamos... |
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... mientras contemplamos al monte Txindoki desde otra perspectiva. |
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Este es el camino que nos queda por delante... |
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... y esto lo que hemos dejando tras nuestros pasos. |
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Vértigo. |
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Mole del Txindoki. |
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El otoño poco a poco va ganando terreno. |
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Muestra de lo comentado anteriormente. |
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Y después de un entretenido descenso... |
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... volvemos al lugar en donde hemos dejado el coche. |
Somos de Madrid y con familia en Lazkao aprovechando una visita realizamos la ruta que estupendamente describes nos gusto mucho el recorrido circular que hicimos siguiendo el trak de wikiloc ENHORABUENA Y GRACIAS POR PUBLICARLO.
ResponderEliminarESTOY EN WIKILOC COMO el polero
Muchas gracias Polero, la zona merece la pena. Un abrazo.
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